Conseguir aparecer en las primeras posiciones de los resultados de búsqueda en Internet es un hecho de vital importancia para que nuestro site tenga éxito y consigamos los objetivos que nos propusimos al decidir crearlo. Para aparecer en esos primeros puestos, se debe invertir tiempo y realizar un trabajo continuo que nos asegure que la página web que queremos posicionar es rastreada, indexada y mostrada en Google.
Uno de los errores más comunes a la hora de plantear una estrategia de posicionamiento web es querer obtener resultados de forma inmediata. Para ello, se suele recurrir a aplicar a algunas técnicas SEO que si bien consiguen un efecto a corto plazo, nos perjudicarán tarde o temprano.
Los algoritmos que usan los buscadores para ordenar los miles de millones de páginas web que tienen indexadas están en constante cambio para ser capaces de servir a los usuarios los resultados más adecuados para la consulta que realizan en cada momento. Si intentamos usar trucos que confundan al robot y así conseguir aparecer más arriba en los rankings, puede que el “engaño” nos funcione durante un tiempo pero finalmente el buscador lo detectará, penalizando nuestra web y haciendo que todo el trabajo SEO realizado hasta el momento no sirva para nada. Como ejemplo, tenemos las miles de webs que se han visto afectadas en los dos últimos años por las actualizaciones Panda y Penguin, perdiendo no sólo posiciones en el buscador si no gran parte del tráfico que recibían.
Para evitar encontrarnos en esas desagradables situaciones, la mejor opción es evitar utilizar técnicas dudosas para mejorar nuestro posicionamiento. Si nuestra prioridad es la calidad del site y ofrecer al usuario aquello que realmente estaba buscando, nuestro trabajo acabará dando sus frutos. Si bien este procedimiento no nos llevará a la primera posición de Google en pocas semanas, evitaremos depender demasiado de las posibles actualizaciones en los algoritmos y nos aseguraremos cierta tranquilidad en una estrategia a medio largo plazo.