En Activa Internet ya hemos comentado en varias ocasiones como son cada vez más los nuevos empresarios que se lanzan a vender a través de la Red debido a la menor barrera de entrada que supone abrir una tienda online frente a las de un establecimiento físico tradicional.
Uno de los mayores quebraderos para cualquiera que desea vender en Internet es dónde almacenar los productos hasta que sean enviados a los clientes que hayan completado el proceso de compra. Por ello, el dropshipping se ha convertido en una tendencia en alza en el comercio electrónico. Con esta modalidad de e-commerce, el propietario de la tienda online no dispone de stock de los artículos en un almacén pues es el mayorista el que se encarga de empaquetar y enviar los productos directamente al cliente.
Cuando se monta un negocio utilizando la modalidad de dropshipping, el emprendedor no debe preocuparse por invertir en la adquisición de stock y se ocupa tan sólo de gestionar las ventas, facturación y atención al cliente. Esto hace que muchos de quienes dan sus primeros pasos en la red y disponen de un capital reducido opten por el dropshipping en la venta de objetos físicos.
Este sistema tiene tanto ventajas para el empresario como inconvenientes. El riesgo económico que se corre al vender sin tener que adquirir primero los artículos al mayorista es menor pero a cambio el propietario de la tienda online depende en gran medida de su proveedor, tanto en la gestión de envíos como en la política de precios, convirtiendo la elección del mayorista que realizará el dropshipping en la clave para el éxito del negocio.